Después de tanto camino recorrido nos pareció necesario hacer un pequeño parate.
Un
simple detenerse para compartir, socializar y celebrar en el espacio
público todas las cosas que venimos haciendo, todos los proyectos que
sostenemos a diario y la cantidad de cosas que tenemos por hacer.
Hacer
una asamblea pública, invitando a compañeros y organizaciones hermanas,
tenia como finalidad informarnos e informar, poner en común cada uno de
esos granitos de arena que hacen que este movimiento sea una
herramienta para avanzar hacia nuestros sueños. Queríamos hacer una
asamblea para que las compañeras pongan en alto su voz, para que el
protagonismo que tienen a diario también lo exterioricen venciendo la
vergüenza de hablar ante tantas personas. Y así lo hemos logrado.
Nos
pusimos al tanto de todo lo que se viene trabajando en los barrios, en
las cooperativas, en los proyectos educativos, en los proyectos de
salud, en lo relacionado a genero, a los adultos mayores solidarios, a
los jóvenes, al trabajo y un sin fin de áreas mas. Y en ese ponerse al
tanto, las compañeras y los compañeros compartimos una mañana llena de
expectativa, dado que nos reunimos ni más ni menos que en el corazón
geográfico de la ciudad. Y para sorpresa de todos nosotros, el lugar no
nos quedo tan grande como parecía, supimos llenarlo con nuestra
presencia, nuestros sueños, nuestro trabajo, nuestros proyectos.
A un costado el poder eclesiástico, al otro lado el poder político, en medio de ambos el pueblo haciendo su propia historia.